El Botox, también conocido como toxina botulínica, es una sustancia producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum. Esta toxina tiene la capacidad de bloquear temporalmente la transmisión de señales nerviosas en los músculos, lo que produce un efecto de relajación muscular.

¿En qué casos es recomendable?

El Botox es eficaz en la reducción de arrugas causadas por la actividad muscular repetitiva, como las líneas de la frente, las patas de gallo y las arrugas entre las cejas.

Algunas personas optan por recibir tratamientos preventivos de Botox para evitar la formación de arrugas profundas a medida que envejecen.

El Botox se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones médicas, como el blefaroespasmo, el estrabismo, la hiperhidrosis, la espasticidad muscular y la migraña crónica, bajo la supervisión de un médico

¿Cuáles son los cuidados posteriores?

  • Evitar frotar o masajear la zona tratada durante al menos 24 horas después del procedimiento.
  • No acostarse o inclinarse hacia abajo durante aproximadamente 4 horas después de la inyección.
  • Evitar hacer ejercicio intenso, saunas y baños calientes durante 24 horas.
  • No consumir alcohol durante al menos 24 horas después del tratamiento.
  • Es posible que se recomiende no tomar medicamentos que adelgacen la sangre para reducir el riesgo de hematomas.